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Austria protegerá los pagos en efectivo como un derecho constitucionalmente reconocido

A lo largo de la última década, no pocos gobiernos europeos han tomado medidas para restringir el uso de efectivo por parte de las empresas y ciudadanos de sus países. Sin embargo, el gobierno austriaco ha decidido otorgar al dinero en metálico el mayor rango de protección jurídica posible, a través de una modificación o enmienda constitucional.

El canciller austriaco Karl Nehammer, que lidera el Partido Popular (ÖVP) en el país centroeuropeo, señaló que su plan está motivado por las preocupaciones que han expresado distintas corrientes sociales ante la tendencia generalizada a eliminar el uso de pagos al contado en transacciones económicas de todo tipo. "La cuestión del dinero en efectivo es importante para mucha gente", ha señalado.

Desarrollando su anuncio, Nehammer apuntó que "siempre que se habla de restringir el uso de dinero en metálico, los ciudadanos nos expresan su inquietud". Ante esta circunstancia, el canciller austriaco ha pedido a su Ministro de Finanzas, Magnus Brunner, que desarrolle un primer borrador para sacar adelante la citada modificación o enmienda constitucional.

Brunner deberá coordinar su propuesta con el Ministerio de Justicia y los consejos que asesoran al gobierno en materia de técnica legislativa. Además, Nehammer quiere consensuar la solución con la patronal del país y los principales representantes del sector financiero. Cuando concluya dicho proceso, Austria estaría lista para proteger los pagos en efectivo como un derecho constitucionalmente reconocido.

Italia también ha aumentado los límites permitidos

En 2015, el primer ministro italiano Matteo Renzi, electo por el Partido Democrático de centro-izquierda, aprobó un aumento del límite aplicado a los pagos en efectivo, que pasó de 1.000 a 3.000 euros. Aunque el Banco de Italia criticó la medida y alertó de un posible aumento de la evasión fiscal y la economía sumergida, Libre Mercado ya explicó en su momento que la recaudación fiscal fue a más y los pagos "en B" no experimentaron el repunte anunciado por los críticos.

Ahora, el gobierno de Giorgia Meloni ha revisado al alza el límite de 3.000 euros y lo ha elevado a los 5.000 euros. Esta situación contrasta, por ejemplo, con la de España, donde las operaciones por un valor superior a 1.000 euros están vetadas para el dinero en efectivo y solamente se permiten con tarjetas de crédito y débito o transacciones bancarias.

Cabe recordar, además, que Austria no ha limitado hasta la fecha los pagos en efectivo y que los planes esbozados por la Unión Europea sugieren un umbral de hasta 10.000 euros. En países como Eslovaquia, la cantidad permitida llega a 15.000 euros.

Fuente: Libermercado.com