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¿Son “verdes” nuestros billetes? El impacto medioambiental del euro

¿Cuántas veces le han preguntado recientemente: «efectivo o tarjeta»? El efectivo, y por tanto los billetes, sigue siendo aún la forma de pago más habitual en las tiendas, tanto en España como en la eurozona. En estos tiempos de preocupación por el deterioro ecológico y el cambio climático, quizás usted también se haya preguntado cuál es el impacto ambiental de los billetes, frente a alternativas al alza como el pago con tarjeta o con el móvil. En esta entrada explicamos cómo nuestros billetes son respetuosos con el medio ambiente y lo serán aún más en el futuro.

Para llegar a pagar con un billete, es necesario un complejo proceso previo: desde la fabricación hasta tenerlo a nuestra disposición cuando lo necesitemos, en un banco o en cajero automático. Ese proceso productivo y de distribución del billete tiene un impacto ambiental que el BCE ha analizado recientemente con un doble fin: poder medirlo con precisión y ayudar a reducirlo.

La huella ambiental de los billetes en términos comparativos

El BCE ha querido ser totalmente transparente y objetivo, utilizando la metodología PEF (por sus siglas en inglés de “Huella Ambiental del Producto”), que está definida y avalada por la Comisión Europea. Esta metodología tiene múltiples ventajas:

· es utilizada para multitud de productos,

· incluye todas las fases del proceso productivo y de la distribución,

· analiza todos los posibles impactos medioambientales (cambio climático, radiación, sequía, …) y

· requiere la validación de los datos y del resultado por un experto independiente.

Un aspecto muy ventajoso de esta metodología es que traduce cálculos muy complejos en un número final, medido en micropuntos (µPt). Esta medida permite comparar el impacto ambiental del billete en euros con otros productos. Sobre todo, también nos permite valorar el éxito de las mejoras introducidas en el diseño, producción y distribución de los billetes.

El estudio del BCE mide, concretamente, el impacto ambiental de que un ciudadano medio europeo pague sus compras habituales con billetes en euros durante todo un año.

El resultado muestra que el impacto es muy bajo, en concreto, 101 micropuntos. Esta cifra no nos dice mucho, por lo que el estudio lo compara con otros bienes y usos, tal como muestra el esquema 1, para facilitar su interpretación.

‌Esquema 1
COMPARACIÓN DE LA HUELLA AMBIENTAL DE LOS BILLETES EN EUROS CON OTROS PRODUCTOS DE USO COMÚN

FUENTE: Banco Central Europeo.
NOTA: El  micropunto (µPt) es la unidad de medida del impacto ambiental. Se indica el equivalente en kilómetros en coche para cada producto.

Así, el uso de billetes en euros durante un año equivale a conducir un coche durante 8 km. Esto es mucho menos que el uso de una camiseta o el consumo individual de agua embotellada durante un año. Supone apenas el 0,01% del impacto total que genera un ciudadano medio por su actividad rutinaria anual.

¿Qué factores determinan el impacto ambiental de los billetes y cómo lo estamos reduciendo?

El análisis del ciclo de vida completo del billete ayuda a mejorar aún más su huella ambiental. El billete es un producto que se reutiliza múltiples veces durante toda su vida, por lo que se imprime para que dure.

La durabilidad supone que la fase de la distribución es más relevante que la propia fase de producción al medir su impacto ambiental. Esta mayor importancia relativa es habitual en todo producto con un elevado grado de reutilización y no tiene connotaciones negativas; todo lo contrario, lo insostenible sería que, tras pagar una vez con un billete, este quedara tan deteriorado que hubiera que sustituirlo por otro recién fabricado.

El esquema 2 muestra que la fase de distribución supone el 82% de la huella, repartiéndose en su mayor parte y por igual entre el transporte y el consumo eléctrico de los cajeros automáticos.

Esquema 2
EL IMPACTO AMBIENTAL DE LOS BILLETES EN EUROS. ¿CUÁNTO APORTA CADA FACTOR?

FUENTE: Banco Central Europeo.

El conocimiento de la huella de los billetes en euros nos ha permitido y nos seguirá permitiendo mejorar. En concreto:

El uso de algodón sostenible por los bancos centrales del Eurosistema ya ha permitido situar el impacto de los billetes por debajo de los 100 micropuntos. La razón es que en 2023 se utilizó únicamente algodón sostenible en su producción, mientras que los datos del estudio están referidos a 2019. En 2027, cuando solo está previsto utilizar algodón orgánico, que es una variante más sostenible, la huella será aún menor.

· La reducción del consumo energético de los cajeros automáticos junto con la mayor generación de energías renovables ha supuesto una reducción muy importante de la contribución de los cajeros a la huella del billete, tendencia que continúa.

· El desarrollo de nuevos vehículos blindados con tecnologías híbridas o consumos más sostenibles ya es una realidad.

· Su reciclado, una vez finalizada su vida útil, como combustible, material aislante o materia prima para otros productos, supone lograr la circularidad de un producto, el billete en euros, que ya nace a partir del residuo de algodón descartado por la industria textil.

En resumen, los ciudadanos europeos podemos sentirnos orgullosos de los billetes en euros. No solo por tratarse de un símbolo tangible de la Unión Europea, sino también por tenerlo a nuestra disposición para darnos la oportunidad de elegir cómo queremos pagar nuestras compras. Ahora sabemos, además, que su utilización tiene un impacto mínimo en el medio ambiente y que su huella se va a seguir reduciendo.

Fuente: BCE