El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, ha anunciado recientemente, en declaraciones a la agencia EFE, su intención de proponer a las entidades bancarias que instalen cajeros automáticos en dependencias municipales.
La propuesta contempla aprovechar los equipamientos de proximidad del ayuntamiento en aquellas zonas de la ciudad donde el número de oficinas bancarias se ha visto significativamente reducido y existe una clara limitación de acceso al efectivo, especialmente para los colectivos de personas mayores.
"La pandemia y las nuevas tecnologías han favorecido el pago electrónico de forma generalizada pero tenemos un porcentaje de personas mayores que no tiene acceso a las nuevas tecnologías y que, hoy por hoy, no tiene acceso a un cajero a menos un kilómetro", ha señalado Collboni quien recuerda que se trata de un “servicio muy importante para las personas mayores, que buscan tener el efectivo que necesitan para ir al supermercado o a comprar el pan".
Ya son muchas las organizaciones, entre ellas la Plataforma Denaria y especialmente aquellas vinculadas a los colectivos de personas mayores, que denuncian los riesgos de exclusión financiera como consecuencia de la brecha digital. Según un informe sobre la brecha digital en la ciudad de Barcelona, un 35 % de los mayores de 74 años nunca se ha conectado a Internet, la franja de población más vulnerable en términos de desigualdad digital.
Fuentes municipales han indicado que "jurídicamente es admisible" la ocupación de equipamientos municipales con cajeros automáticos para facilitar la disponibilidad de reintegrar e ingresar dinero y hacer otras operaciones en lugares donde hayan desaparecido las oficinas de entidades bancarias, según la Ley 33/2003 de patrimonio de las Administraciones Públicas.