La alta inflación y también el agotamiento en la utilización de los billetes de alta denominación (sobre todo los de 500 euros), que habían permanecido remansados en los momentos más complicados de la crisis sanitaria y económica, están modificando los hábitos del uso del dinero físico entre los consumidores. Lo que es evidente es que con un IPC por encima del 10% se necesita más efectivo para comprar menos productos y bienes que hace unos meses y que hay que tirar del ahorro acudiendo a los cajeros de los bancos que dispensan el dinero de los depósitos y las cuentas.
Es el billete de 50 euros, el de mayor denominación en los cajeros y el que se ha convertido de largo en el más solicitado por los españoles, entre otras cosas porque los consumidores tienen más necesidad ahora en disponer de estos billetes para su gasto diario y porque los billetes de 20, 10 y 5 euros, que también se dispensan en las terminales bancarias, dan poco de sí por su escaso poder de compra como consecuencia del rebrote inflacionista.
Fuente: Vozpópuli