Quien haya declarado que el dinero en efectivo ha muerto se equivoca. Es cierto que la digitalización en la gestión de las finanzas personales ha avanzado a pasos agigantados desde la pandemia. También lo es el crecimiento en el uso de tarjetas para realizar pagos habituales. A pesar de este cambio de hábitos, el 64,5% de los españoles reconoce que sigue utilizando el efectivo para sus operaciones habituales, frente al 24% que usa la tarjeta para todo. Y también sigue siendo una herramienta útil para el ahorro.
El Banco de España revelaba que los españoles tenían un ahorro de casi 50.000 millones de euros a cierre de 2022 en depósitos y también en efectivo, la mitad del total ahorrado durante la pandemia. El problema es que con la elevada inflación del último año y medio, esos fondos habrían perdido su poder adquisitivo en más de un 10%.
Es una tendencia que también se dio en la mayor parte de los países europeos. Este comportamiento de ahorrar dinero en efectivo en los hogares era consecuencia de que los ciudadanos no podíamos salir a comprar con total libertad, pero estaba muy vinculado al sentimiento de incertidumbre.
Esta conducta se mantuvo en los años siguientes. Y esto sí que fue bastante característico de los ahorradores españoles: a pesar de que la inflación empezó a escalar en el otoño de 2021, en España los usuarios seguían manteniendo una mayor inclinación por mantener el ahorro en billetes. Pero además de por la incertidumbre, hay otros factores que influyen en que el ‘cash’ sea una de las opciones preferidas para las finanzas del día a día.
Dinero en efectivo para controlar el gasto
La principal razón por la que más del 43% de los españoles siguen prefiriendo el uso de dinero en efectivo es el control de gastos. Así lo confirma la segunda edición del estudio Percepción y hábitos de los españoles respecto al sector bancario llevado a cabo por Nickel, que indica que dos tercios de los consumidores sigue usando el efectivo para funcionar en el día a día.
Los usuarios creen que al realizar pagos a través de medios digitales somos menos conscientes de cuánto gastamos y el dinero en efectivo nos permite visualizar de manera clara nuestro presupuesto. La privacidad es la segunda ventaja más apreciada: un tercio (32,3%) de los encuestados considera que no tienen por qué compartir con terceros en qué gastan sus recursos.
El problema es el acceso limitado al efectivo que están padeciendo la mayor parte de los consumidores. Y esta situación se atribuye de forma generalizada al continuo cierre de sucursales bancarias, que dificulta el acceso a cajeros donde poder sacar billetes. De hecho, más del 80% de los encuestados han padecido este problema en su zona.
Sólo el 20% de los españoles asegura que las sucursales que tenía en su barrio continúan abiertas. Casi 1 de cada 4 españoles se ha visto perjudicado por esta situación y el 22% reconoce debe coger el coche o el transporte público para llegar a una oficina en la que poder sacar dinero en efectivo o realizar gestiones de forma presencial con su banco.
El derecho a usar dinero en efectivo
En THE OBJECTIVE contábamos el auge de los pagos digitales: el 42% paga con el móvil y un tercio de las tarjetas son virtuales. ¿Qué ocurre con quienes están acostumbrados a usar el efectivo? El uso de este método de pago tradicional en cualquier establecimiento es un derecho reconocido por la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, que se modificó en 2022 para ofrecer esta garantía.
Y todo se gestó gracias a la iniciativa ciudadana. Tras la campaña ‘Soy mayor, no idiota’, que impulsó Carlos San Juan, el sector financiero se ha puesto manos a la obra para acordar, entre otras medidas, la mejora del acceso a dinero en efectivo. Una medida especialmente pensada para los colectivos de clientes más perjudicados por el cierre de sucursales como las personas mayores o zonas rurales. Sin embargo, menos del 10% de los encuestados (9,66%) considera que el acceso al dinero en efectivo haya mejorado en las zonas rurales en España en los últimos cinco años.
Ante esta situación, están surgiendo nuevas ofertas de servicios financieros para acceder a los billetes. Por ejemplo, la posibilidad de retirar e ingresar efectivo a través de estancos o de administraciones de loterías, como ha hecho Nickel.
Otras entidades que han apostado por un modelo de banca digital también disponen del servicio Correos Cash, que facilita el ingreso y retirada de efectivo desde las oficinas postales. Y otra opción popular en el cashback, disponible en algunos supermercados. Permite que, en el momento de abonar la compra, te carguen un importe adicional, por ejemplo, de 20 euros. Y cuando pagas, te dan en efectivo ese dinero adicional.
El dinero en efectivo sigue vivo, se sigue usando a diario y, aunque se reduzca su uso, no parece que vaya a desaparecer en el corto plazo. De ahí la importancia en que la innovación de empresas y startups de las finanzas centren su modelo en el acceso a billetes para satisfacer esta necesidad del mercado.
Fuente: The Objective