El impulso de la banca digital y los pagos con móvil tras el estallido de la pandemia no ha podido terminar con el uso del efectivo en nuestro país. Lejos de descender, el dinero en metálico está resurgiendo con fuerza del golpe de la pandemia y está creciendo a una velocidad récord.
En el primer trimestre de este año, las operaciones de extracción de metálico en los cajeros automáticos avanzaron en tasa interanual al 8,61%, un ritmo que solo ha sido sobrepasado tanto en el mismo periodo de 2021 y 2022 cuando los porcentajes (48% y 7,3%, respectivamente) estaban alterados por las restricciones de movilidad y el miedo de los ciudadanos a los contagios a través de los billetes.
Los datos recopilados por THE OBJECTIVE en el Banco de España muestran una tendencia alcista en el uso del efectivo por parte de los ciudadanos, a pesar de que las transacciones en los pagos con tarjetas también se están incrementando y a que cada vez hay menos cajeros en las calles fruto del cierre masivo de oficinas.
Una de las causas de este empuje se debe al mayor control de los gastos por parte de la población, que utiliza el metálico para evitar agujeros inesperados en sus bolsillos con las compras en plena época de elevada inflación y pérdida de poder adquisitivo.
El dinero retirado en los cajeros automáticos sube un 9%, hasta los 29.034 millones de euros
El número de disposiciones de metálico en las máquinas se situó en 163.514. Los ciudadanos retiraron 29.034 millones de euros. Este importe de dinero también experimentó un fuerte crecimiento en el primer trimestre del ejercicio, de casi un 9%, siendo también una las cifras más altas en todos los tiempos.
El incremento en la utilización del efectivo ha llevado a que los pagos con tarjeta en los comercios registren una desaceleración. Las transacciones con los plásticos físicos o los monederos insertados en los móviles aumentaron en los tres primeros meses del año 18%, frente a las alzas del 28% y del 21% de 2021 y 2022. En importes el dinero abonado en compras con las ‘visas’ también sufrieron una bajada en su ascenso, al subir un 14,3% en contraposición con los 21% y 19% de los ejercicios anteriores.
La estrategia de los bancos para que el uso del dinero en metálico vaya desapareciendo, con el fin de ahorrarse gastos operativos, no está dando los frutos deseados, ya que los españoles están prefiriendo tener bajo control sus finanzas personales y no verse en situaciones complejas ante la escalada de los precios.
Se estima que al menos dos tercios de los ciudadanos paga sus compras diarias en efectivo. Y el Banco de España advertía el año pasado que la situación no iba a cambiar debido a la inflación, en contra de los que sucede en otros países europeos, principalmente los nórdicos, donde el uso del dinero contante y sonante es muy residual en estos momentos. En Suecia y Noruega apenas representa un 10 y un 3% del total de las adquisiciones.
Los bancos han ido recortando su parque de cajeros en los últimos tiempos, fruto de la desaparición de dos tercios de su red de oficinas desde la pasada crisis financiera. Además, han establecido comisiones y horarios específicos para que la población saque dinero en ventanilla para empujar los pagos con tarjeta o el móvil, que es mucho más rentable y eficiente para sus intereses.
Tras la última oleada de cierres de sucursales, el número de cajeros instalados se sitúa en 45.174. Es decir, que ya hay menos máquinas expendedoras de dinero que en 2001. En cambio, el volumen de terminales punto de venta (TPV), que son los que se necesitan para abonar con tarjeta en los comercios o los taxis no para de crecer. En nuestro país ya hay más de 2,4 millones de estos dispositivos, tras aumentar otro 6,5% en el primer trimestre. En tres años, desde que estalló el coronavirus, el parque de TPV se ha incrementado en algo más de 400.000, pese a las reticencias de algunos establecimientos por las comisiones que conlleva.
Fuente: The Objective