La falta de efectivo es una amenaza para la seguridad nacional, advierte el sector
El pasado 19 de julio, un fallo técnico provocó la caída de los sistemas de Microsoft en todo el mundo, paralizando empresas, medios de comunicación y aeropuertos durante horas. La afectación en la banca fue escasa, pero en España, los clientes de algunas entidades –Unicaja especialmente– tuvieron problemas para operar con tarjeta o realizar transacciones con Bizum a lo largo de la mañana. En esos casos, más de uno se vio obligado a recurrir al monedero para pagar en efectivo, pero ¿quién lleva monedas encima estos días?
La crisis fue lo suficientemente grave como para servir de advertencia sobre el peligro que supone la actual dependencia del dinero digital. Los datos del Banco de España son claros: entre 2008 y 2023 desaparecieron 18.451 cajeros automáticos en nuestro país, quedando 43.263 de ellos en 2023. Mientras esto sucedía, la cantidad de TPVs aumentó en un 38%, hasta situarse en los 2,5millones, y la de tarjetas (de crédito y débito) en un 16%, hasta un total de 91,52 millones. Como demuestran los gráficos, la tendencia venía siendo esa desde alrededor de 2005, pero se aceleró especialmente tras la pandemia del Covid-19.
Por lo que dice la última encuesta de Gad3 y Denaria, una plataforma que defiende la continuidad del efectivo, este fenómeno se está produciendo en contra de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos. En 2023, el 59,8% de los encuestados manifestaba tener cada vez mayores dificultades para acceder al efectivo, mientras que solo un 2,8% decía que el acceso hoy en día les era más fácil. Pero, más importante que esto es que alrededor de siete de cada diez encuestados afirmaba que el dinero físico es importante para ellos.
La duda es legítima; en este escenario de creciente digitalización de la economía, ¿qué pasaría si se produjera una crisis informática peor aún que la de julio? 'Pandemia digital', tendremos que acostumbrarnos a este término de nuevo cuño, que define cualquier incidente en los servidores que, en un segundo, puede afectar a millones de personas en todo el mundo.
Según el presidente de Denaria, el exdiplomático Javier Rupérez, el peligro no está solo en los errores involuntarios, también en «guerras, catástrofes naturales o ciberataques». De hecho, los ciberataques en España se duplicaron de 2022 a 2023, y los que gestiona el Centro Criptológico Nacional aumentaron el año pasado en un 94% respecto a 2022, hasta la cifra récord de 107.777 incidentes. En un escenario de interrupción prolongada de los servicios de pago digitales, afirma Rúperez a ABC, «el único medio disponible sería el efectivo».
Por todo esto, el pasado julio Denaria presentó una propuesta de modificación del Anteproyecto de Ley de Industria y Autonomía Estratégica, que actualmente está tramitando el Ministerio de Industria, para incluir la creación de un Sistema Nacional de Seguridad del Dinero en Efectivo. Y para explicar cómo se constituiría ese sistema, la organización que preside Rupérez se ha reunido con el Defensor del Pueblo.
Abogan en Denaria por la instalación de máquinas de efectivo con operadores no financieros en pueblos y establecimientos críticos (estancos y farmacias), el establecimiento de una distancia máxima entre cajeros por ley, el fomento de cajeros gratuitos de marca blanca, la supresión del límite de 1.000 euros para pagos en efectivo y la eliminación de las recomendaciones de las administraciones para pagar por transferencia. Avisa Rupérez, además, de que las administraciones «no están cumpliendo con la ley», pues la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios obliga a aceptar el efectivo en todos los pagos.
Fuente: ABC