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Ireland: goodbye data centre paradise?

Dublín ha pasado en pocos años de ser líder europeo en 'data centers' a colapsar: los problemas de planificación y de suministro energético llevan a las tecnológicas a invertir en otros lugares.

Los problemas de suministro energético y las trabas urbanísticas están obligando a las empresas tecnológicas mundiales a replantearse el papel de Irlanda como el epicentro europeo de los centros de datos, justo cuando se dispara la demanda de inteligencia artificial que consume enormes cantidades de energía.

Con sus bajos impuestos, clima templado y acceso por cable de fibra a EEUU y Europa, Irlanda fue pionera en la UE en atraer centros de datos, que son una parte clave de su floreciente sector tecnológico. Pero la reputación del país se ha resentido. "Hemos pasado de líderes a fracasar", afirma Garry Connolly, fundador de Host in Ireland, grupo de presión de infraestructuras digitales. "Ahora ni siquiera estamos en la lista. Es un gol en propia meta".

La preocupación del Gobierno por el enorme consumo energético del sector y la capacidad de la red eléctrica para abastecer a todos los usuarios ha paralizado la construcción de centros de datos en el área metropolitana de Dublín desde 2021, mientras Irlanda trata de cumplir los objetivos climáticos legalmente vinculantes. En 2032 podrían representar el 30% de la demanda total de electricidad del país, según las previsiones del operador de la red EirGrid.

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Amazon Web Services (AWS), la filial en la nube del gigante Amazon, dijo que "espera" expandirse en Irlanda "si las condiciones lo permiten". Sin embargo, está buscando otros lugares, invirtiendo más de 40.000 millones de euros en nuevos centros de datos en Alemania, España y Reino Unido.

Según un ejecutivo del sector, Irlanda también se perderá la oportunidad de que las empresas tecnológicas empiecen a considerar la energía nuclear para las necesidades a largo plazo de la IA generativa. El país prohíbe el desarrollo nuclear desde 1999.

"El mensaje general [de los responsables políticos irlandeses] es que no habrá más centros de datos hasta finales de la década", afirma Peter Lantry, director general para Irlanda de Equinix, operador estadounidense de centros de datos.

En las últimas décadas, la economía irlandesa ha prosperado gracias a la inversión de las grandes multinacionales, que aportaron 52.000 millones de euros en valor añadido bruto entre 2010 y 2018 y dan empleo a 140.000 personas, según las últimas cifras oficiales. Con la construcción de centros de datos paralizada en el país, las empresas irlandesas han empezado a exportar sus conocimientos y construir centros de datos en toda Europa.

Precio de la energía

Aunque las campañas ecologistas critican a los usuarios de centros de datos como Microsoft, Meta y Google por su enorme consumo de energía, los impuestos de sociedades de estas empresas han alimentado grandes superávits públicos, por lo que es importante ofrecerles tarifas competitivas para que se mantengan en el país.

El regulador energético CRU publicará a mediados de octubre una política actualizada para los grandes consumidores de energía, que pretende equilibrar la descarbonización de la red con las necesidades de una economía en auge y ofrecerá señales sobre el futuro atractivo de Irlanda como centro de datos.

"La revisión decidirá si las empresas van a poder expandirse en Irlanda para crear empleo o centrarse en invertir en otros lugares", dijo Michael McCarthy, director de Cloud Infrastructure Ireland, que representa los intereses de los centros de datos de Google, Microsoft y AWS. "Simplemente no podemos pausar el crecimiento y reanudarlo cuando las condiciones lo permitan".

Los 82 centros de datos de Irlanda consumieron el 21% de la electricidad del país en 2023, más que todos los hogares. Esta cifra se ha multiplicado por cuatro en los últimos ocho años. La proporción de energía utilizada por los centros de datos del país es muy superior a la de otros miembros de la UE.

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Alemania, Singapur, China y la ciudad holandesa de Ámsterdam también han impuesto restricciones a los nuevos centros en un intento de cumplir los objetivos de reducción de emisiones.

Irlanda no ha conseguido desarrollar una industria eólica marina en más de dos décadas después de completar su primer proyecto. Ante la falta de energía verde para satisfacer la demanda, el ministro de Medio Ambiente, Eamon Ryan, afirma que el país quiere facilitar los centros de datos, pero que éstos deben cumplir los compromisos de reducción de emisiones y no poner en peligro el suministro energético a otros usuarios.

Según la Autoridad de Energía Sostenible de Irlanda, el 41% del suministro eléctrico del país procederá de energías renovables -en su mayoría eólica terrestre- en 2023, frente a casi el 39% en 2022.

El engorroso sistema de planificación irlandés es otro obstáculo: permite apelaciones de personas no directamente afectadas por los proyectos propuestos y a menudo desencadena años de disputas legales que un abogado de empresa comparó con navegar por "melaza". "Lo que aquí no nos gusta, en otros países se frotan las manos y lo aceptan", afirma, en referencia a las empresas que están barajando trasladarse al extranjero.

Falta de inversión

"Irlanda no ha invertido lo suficiente en infraestructuras, sobre todo en energía y electricidad", afirmó otro abogado, citando a otras dos empresas que se plantean ubicar sus centros de datos en Estados Unidos o Europa continental porque consideran que el entorno energético y urbanístico irlandés es "demasiado hostil".

La legislación para reformar el sistema -que incluye un proceso de objeciones más ágil y decisiones más rápidas- está a la espera de la aprobación parlamentaria definitiva. Según el Irish Times, los directivos de Apple han advertido al Gobierno de que estos problemas podrían obstaculizar los planes de crecimiento de la empresa cerca de su sede europea de Cork, en medio de los "agresivos" esfuerzos de otros países por atraer a las multinacionales con sede en Irlanda. Apple ha subrayado que sigue comprometida con Irlanda y que espera ampliar sus instalaciones en Cork el año que viene.

"Deberíamos estar a la cabeza [en Europa]", afirma Lantry, que también preside Digital Infrastructure Ireland, un grupo de nueve operadores y promotores de centros de datos. "Sin embargo, Madrid, Milán y Varsovia nos adelantarán con bastante rapidez y [así seguirá] si Irlanda sigue bloqueando el crecimiento de la infraestructura digital", subraya.

Aunque los centros de datos devoradores de energía han suscitado críticas, el sector afirma que pueden ayudar a aliviar los cuellos de botella de la red. En el futuro, estas instalaciones también serían clientes a largo plazo de energías renovables, lo que contribuiría más a la economía irlandesa que la simple exportación de la energía verde, afirman.

En un centro de datos de Blanchardstown, al noroeste de Dublín, que Equinix ha construido y gestiona para una multinacional cuyo nombre no quiso revelar, Lantry destacó una innovación del sector: su propia central de gas. La energía de la unidad de reserva ha permitido a EirGrid liberar electricidad para otros usuarios cuando se ha disparado la demanda. Según Lantry, la central también podría configurarse para funcionar con hidrógeno en el futuro.

En palabras de Chris Kavanagh, experto en energía de la consultora Baringa: "Las empresas [de centros de datos] son algunas de las mayores compradoras de energía renovable. Pueden apoyar... la doble transición hacia la descarbonización y la digitalización".

McCarthy dijo que los operadores de centros de datos de Irlanda se habían comprometido a tomar 1.200 MW de energía renovable, y añadió: "Si la decisión del regulador acaba con la industria, eso podría socavar seriamente las renovables".

Los operadores de centros de datos creen que no se dispondrá de suficiente energía eólica marina hasta mediados de la década de 2030. Mientras tanto, el ayuntamiento de Dublín quiere utilizar los centros de datos para contribuir a la sostenibilidad energética.

Frente a un centro comercial de Tallaght, un suburbio del suroeste de Dublín, grandes tuberías negras van de un centro de datos de AWS a un edificio contiguo.

En su interior, las máquinas zumban mientras el calor residual del centro de datos se convierte en agua caliente y se canaliza a un sistema de calefacción urbana que da servicio a una universidad y a edificios públicos, y que está previsto conectar a 160 pisos asequibles en construcción.

"Tenemos centros de datos llamando a nuestras puertas todos los días; esto es parte de la solución para hacerlos más sostenibles", declaró Donna Gartland, directora ejecutiva de Codema, la agencia de energía sin ánimo de lucro de Dublín pionera en el programa de calefacción urbana.

Pero los operadores afirman que hay que poner fin al estancamiento actual. "Queremos una señal para el mercado de que Irlanda está abierta a los negocios", afirma McCarthy. "No es demasiado tarde".

Fuente: Expansión