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En diciembre de 2022 el Brandenburg Institute for Society and Security (BIGS por sus siglas en alemán) publicaba un documento titulado “El acceso al efectivo en casos de crisis y emergencias: lecciones internacionales”. El objetivo de este trabajo era el de recopilar y estructurar datos e información sobre situaciones de crisis en diferentes países, así como identificar las mejores prácticas internacionales en relación con el acceso, distribución e importancia del efectivo en este tipo de circunstancias.
Para dicho análisis, se revisó la literatura existente sobre algunos casos regionales: el problema de los incendios en Australia, los terremotos en Nepal, tifones e inundaciones en Filipinas y Pakistán, huracanes en Estados Unidos, la crisis sanitaria del ébola en Sierra Leona o, con carácter general, el impacto del coronavirus. También se estudiaron mediante entrevistas los casos específicos de Italia, Japón o Nueva Zelanda, donde se presta especial interés a estas cuestiones.
Como conclusión de todo este análisis se han extraído una serie de buenas prácticas:
- Tener diseñados sistemas y canales alternativos para las comunicación y transmisión de la información y realizar simulacros relacionados con ciberataques o la pérdida de los servidores de almacenamiento.
- Incentivar la coordinación y cooperación entre todos los agentes relacionados con el ciclo de vida del efectivo (tanto públicos como privados) mediante comités de debate.
- Establecer una serie de medidas que faciliten la distribución ágil y rápida de efectivo como registrar previamente a los vehículos de distribución de efectivo como vehículos de emergencia, definir rutas prioritarias para el reparto de efectivo o a establecer un marco legal que permita a los bancos comerciales cercanos prestarse efectivo entre sí.
- En caso de emergencia, la demanda de efectivo aumenta considerablemente. Por ello se recomienda también prestar especial atención a los cajeros, asegurar su funcionamiento con generadores de emergencia y disponer de unidades portátiles.
- No solo la parte logística es importante, sino también el diseño de una regulación sencilla que flexibilice el acceso al efectivo en caso de urgencia. Por ejemplo, mediante la reducción de la burocracia para Identificarse, la emisión de certificados bancarios o la distribución directa de tarjetas de débito precargadas.
- Se aconseja, también, el mantenimiento de reservas de efectivo en las propias casas, de manera que pueda permitir a las familias funcionar mientras se activan los sistemas de emergencia.
- Y, por último, se alerta de la importancia de la infraestructura. Por ello se anima a diseñar planes específicos que puedan asegurar su funcionamiento en base a las realidades locales. Algunos ejemplos son las redes subterráneas en lugares de riesgo de incendios (California) o sistemas de energía autónomas desconectados de la red central y alimentados con paneles solares o baterías (Australia).
El efectivo es, en definitiva, uno de los factores más importantes a tener en cuenta para fortalecer y mejorar la respuesta ante crisis y emergencias. Permite a las familias continuar su vida, abastecerse de los bienes o servicios necesarios y hacer frente a las necesidades urgentes sin depender de los sistemas de pago electrónicos. Es por ello necesario mantener una infraestructura y un plan de acceso y suministro de efectivo redundante y resiliente, que haya sido diseñada antes de que ocurran las catástrofes y que este en continua revisión y análisis.