Informe sobre Economía Digital de la ONU Comercio Y Desarrollo (UNTAC) 2024

El Informe sobre la Economía Digital 2024 analiza el creciente impacto ambiental de una economía digital en expansión y propone estrategias sostenibles y equitativas para mitigar sus efectos.

El Informe destaca el impacto ambiental directo de la mayor dependencia de nuestra sociedad de las herramientas digitales, desde el agotamiento de las materias primas, el uso de agua y energía, la calidad del aire, la contaminación y la generación de desechos. Estos se ven acentuados por tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el Internet de las cosas.

La economía digital, a menudo elogiada por su naturaleza virtual e intangible, ha creado la ilusión de un mundo libre de desechos materiales. Sin embargo, el Informe sobre la economía digital 2024 revela la falacia de esta percepción.

El impacto ambiental de la economía digital: creciente consumo de energía y agua y aumento de los residuos digitales

La huella ambiental del sector de tecnología de la información y comunicaciones (TIC) es significativa, abarcando todo el ciclo de vida de los dispositivos e infraestructuras digitales —desde la extracción y procesamiento de materias primas hasta la fabricación, distribución, uso y eliminación-. Este proceso consume grandes cantidades de minerales de transición, energía y agua, contribuyendo significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación.

En 2020, las emisiones de equivalentes de CO2 del sector TIC se estimaron entre 0,69 a 1,6 gigatoneladas, representando entre 1,5% y 3,2% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, cifra que se espera aumente con el crecimiento de la economía digital.

El consumo estimado de electricidad de 13 de los mayores operadores de centros de datos se duplicó con creces entre 2018 y 2022; liderado por Amazon, Alphabet, Microsoft y Meta (gráfico III.4).

Según la AIE, a nivel mundial, los centros de datos, la columna vertebral del mundo digital, consumieron 460 TWh de electricidad en 2022, una cifra que podría más que duplicarse hasta alcanzar los 1.000 TWh en 2026. A modo de comparación, el consumo total de electricidad en Francia fue de unos 459 TWh en 2022. En algunos países, la creciente actividad de los centros de datos ha puesto a prueba la red eléctrica local. En Irlanda, el consumo de electricidad por parte de los centros de datos se cuadriplicó entre 2015 y 2022, representando el 18 por ciento del consumo total de electricidad en 2022. Las proyecciones indican que podría llegar al 28 por ciento en 2031.

Por otro lado, el número de unidades de semiconductores se cuadriplicó entre 2001 y 2022 y sigue creciendo. Se espera que la cobertura de banda ancha móvil de quinta generación aumente del 25% de la población en 2021 al 85% en 2028, mientras que se prevé que el número de dispositivos de Internet de las cosas crezca de 16.000 millones en 2023 a 39.000 millones en 2029.

El comercio electrónico ha aumentado considerablemente, con el número de compradores en línea creciendo de menos de 100 millones en 2000 a 2.300 millones en 2021. Este incremento ha llevado a un aumento del 30% en los residuos relacionados con la digitalización entre 2010 y 2022, alcanzando 10,5 millones de toneladas a nivel mundial.

El manejo y la eliminación inadecuados de residuos digitales exacerban las desigualdades ambientales, impactando desproporcionadamente a los países en desarrollo, que soportan una carga desproporcionada de sus costes y obtienen beneficios limitados. Por ejemplo, el descarte de teléfonos inteligentes, ordenadores portátiles, pantallas y otros dispositivos electrónicos aumentó un 30% entre 2010 y 2022, alcanzando los 10,5 millones de toneladas a nivel mundial.

La UNCTAD destaca la necesidad de un cambio por modelos de negocios innovadores y políticas robustas para mejorar la sostenibilidad del crecimiento digital hacia una economía digital circular, caracterizada por el consumo y la producción responsables, el uso de energía renovable y la gestión integral de los desechos electrónicos. Para ello, existe una necesidad urgente de actuar en todos los niveles, desde los gobiernos y las empresas hasta las organizaciones internacionales y la sociedad civil. Según la UNCTAD, debemos adoptar una nueva mentalidad que tenga en cuenta la sostenibilidad en todas las etapas del ciclo de vida digital. También apuesta por una fuerte concienciación sobre la huella ambiental de la digitalización y proteger a los consumidores contra el “greenwashing”.

Blockchain:

El blockchain y otras tecnologías de contabilidad distribuida son importantes consumidores de energía y generadores de residuos relacionados con la digitalización.

El uso de energía específicamente debido a las actividades de blockchain creció entre un 2000 y un 3500 por ciento entre 2015 y 2022, mientras que el uso de energía de otros centros de datos creció entre un 20 y un 70 por ciento (IEA, 2023d). Destacar los impactos energéticos y climáticos de las criptomonedas puede generar conciencia sobre el tema, así como desarrollar las políticas necesarias para mitigar los impactos adversos.

Bitcoin es la criptomoneda más valiosa por capitalización de mercado. Bitcoin consumió aproximadamente 120 TWh en 2023, 33 veces más que en 2015 (Cambridge Centre for Alternative Finance, 2024), tal y como se muestra en el gráfico a continuación.

Otros aspectos ambientales de la minería de criptomonedas incluyen la generación de desechos relacionados con la digitalización a partir de hardware de minería especializado, que no se puede reutilizar fácilmente para otras tareas informáticas. Dado el enorme consumo de energía de la minería de bitcoins, los operadores se ven incentivados a utilizar el hardware más reciente, más potente y energéticamente eficiente. Si bien esto puede reducir el consumo de energía, se produce a expensas de generar más desechos.

Cifras clave del impacto ambiental de la economía digital:

  • Las emisiones de equivalentes de CO2 del sector TIC se estimaron entre 0,69 a 1,6 gigatoneladas, representando entre 1,5% y 3,2% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
  • Los centros de datos consumieron 460 TWh de electricidad en 2022, una cifra que se espera se duplique para 2026. A modo de comparación, el consumo total de electricidad en Francia fue de unos 459 TWh en 2022.
  • Los residuos relacionados con la digitalización aumentaron un 30% entre 2010 y 2022, alcanzando 10,5 millones de toneladas a nivel mundial.
  • La demanda de minerales críticos como el grafito, el litio y el cobalto podría aumentar en un 500% para 2050.
  • Los países desarrollados generan 3,25 kg de residuos digitales por persona, en comparación con menos de 1 kg en los países en desarrollo y solo 0,21 kg en los países menos desarrollados.
  • Solo el 24% de los residuos digitales se recogieron formalmente a nivel mundial en 2022, con una tasa de recolección de solo el 7,5% en los países en desarrollo.
  • Se espera que los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT) crecerán de 16.000 millones en 2023 a 39.000 millones para 2029.

Fuentes: UNCTAD, Justice & Paix, UNITAR (SCYCLE), IEA, el Banco Mundial, Ericsson, Semiconductor Industry Association.